Hay veces en los que el amor supera la realidad y una de ellas es enamorarse, por ejemplo, de una mujer de diferente religión. Realmente el que haya un cambio de religión no tiene porque ser determinante para que todo vaya mal. Puede ser un aprendizaje si sabes por donde tomarlo.
Alguien que enriquece su mente es una persona más rica, más abierta ante el mundo. Es cierto que si naciste en una nación muy diferente, el intentar entender lo del otro puede llegar a una odisea, pero se logra con constancia y con una mente curiosa e ingeniosa.
Si quieres aprender algo acerca de su religión y cultura, pregúntale, compartid y nunca dejéis de hablar de lo que sentís en el proceso. Una pareja que está unida por lo que ambos procesan, es más probable que puedan seguir en su amor, haciendo que sean uniones totalmente duraderas y estables.
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